lunes, 6 de enero de 2014

RECOMENDACIONES PARA EL CORRECTO CUIDADO DEL PIE DEL ANCIANO


   Los pies, por ser un elemento insustituible para la marcha y el equilibrio, requieren una especial atención. De ahí que su observación y cuidado forma parte imprescindible dentro de la asistencia geriátrica integral del anciano. Máxime cuando la patología del pie es casi constante a estas edades

   Teniendo en cuenta que no todos los pies son iguales, las recomendaciones generales para tener unos pies saludables, y para evitar que pequeños problemas se vuelvan más severos mediante el cuidado diario de los pies, son:

  • Higiene:

    • La higiene perfecta de los pies no consiste en baños muy frecuentes ni prolongados en el día, sino lavarlos preferentemente cada noche, tras las actividades cotidianas.
    • Para la limpieza se debe usar agua templada, aconsejándose probar la temperatura del agua antes del baño; jabón neutro y de acción antiséptica, durante unos cinco minutos. En casos concretos, se usarán jabones ácidos o alcalinos.
    • Procurar un buen secado de los pies, sobre todo entre los espacios interdigitales, para evitar la humedad residual, con una toalla suave y limpia, sin frotar la piel. Usar preparados a base de lanolina o vaselina para ablandar la piel seca. Aplique polvo de talco o sustancias antisépticas si existe excesiva sudoración.

  • Cuidado:

    • Obsérvese diariamente sus pies. Si siente dolor, irritaciones, cambios de color o temperatura, ulceras o signos de infección, debe consultar a su médico de familia o al geriatra, para tratar de encontrar la solución más adecuada a su problema.
    • Se recomienda una supervisión periódica de sus pies por un podólogo.
    • Cuando sea necesario el corte de uñas, deberá hacerse después del lavado y secado de los pies, procurando que haya buena luz. Usara cortaúñas, cortándolas cada ocho días, aproximadamente y siempre cuadradas, nunca en pico o redondeadas. En diabéticos, en vez de cortarlas, puede usar una lima de cartón con suavidad o para mayor seguridad acudir al podólogo.
    • Ser muy prudentes a la hora de querer eliminar las hiperqueratosis, con callicidas, remedios caseros o instrumentos afilados, sobre todo en ancianos diabéticos, a quienes les esta prohibido, sobre todo el cortarlos.
    • No emplear adhesivos ni parches en la piel.
    • Es importante ejercitar la musculatura del pie y la pierna, mediante un programa simple de ejercicios, como hacer marcha de puntillas y talones a intervalos, de forma progresiva, etc., que su médico le aconsejará según su patología y estado físico.
    • La movilización solo es eficaz si es indolora. No siendo aconsejable la marcha por terreno accidentado y la sedestación prolongada.

  • Calzado y ropa:

    • Cada pie requiere un calzado propio, teniendo en cuenta también para la actividad para la que se la quiere.
    • El comprobar la longitud del zapato presionando la puntera del mismo puede dar una medición errónea, aconsejándose abrir el zapato, dejando que el talón asiente en la parte posterior, con los dedos por encima del mismo. El zapato debe tener entre medio y un centímetro más de longitud que el pie.
    • Comprar el calzado por la tarde, pues los pies suelen hincharse a medida que transcurre el día, comprobando así que no molestan. Aunque es cierto que los zapatos con el tiempo de llevarlos se acoplan a los pies, también es cierto que suele ser a base de sufrimientos y deformidades. Si estrena unos zapatos, debe usarlos de forma progresiva.
    •  Se recomienda usar calzado con pala ancha y alta que permita la movilidad de los dedos; con cordones o tiras con hebillas tipo "merceditas", para que el pie no se deslice en el interior; con contrafuerte rígido para evitar que se escape el retropié al andar; con suela de cuero flexible y lo suficientemente gruesa y mullida para evitar las irregularidades del terreno; con tacón que no sobrepase los cuatro centímetros de altura; puntera alta y ancha; y a ser posible de materiales nobles como el cuero, piel, etc., que permiten una transpiración natural.
    • En verano, si usa sandalias, estas deben sujetar bien al pie, no desbordándose éste por los espacios libres.
    • Para el deporte, usara tacones que no superen los 2,5 centímetros de alto y con suela ni muy gruesa ni muy delgada, con una flexibilidad media, y algo más largos de lo normal para permitir el uso de calcetines de lana blandos y gruesos.
    • Es conveniente, salvo en pacientes diabéticos a quienes le está prohibido, caminar descalzo en la playa, sobre el césped, pues es uno de los mejores medios para fortalecer los pies.
    • En los lugares de intensa masificación como vestuarios, se protegerá los pies con zapatillas aislantes para evitar contagios.
    • Usar calcetines de lana y zapatillas acolchadas durante el invierno y calcetines de algodón o hilo en verano. Siendo necesario el cambio diario de calcetines y medias. Se descartarán las fibras sintéticas, por no favorecer la transpiración.
    • Se recomienda no usar calcetines o medias remendadas o con costuras, ni utilizar ligas o calcetines con elástico superior que aprieten, ya que al impedir o entorpecer el retorno venoso, son causa de edemas periféricos.
    • En invierno podrán utilizarse calcetines en la cama, procurando que no aprieten. En la cama, especialmente en el caso de diabéticos, no deberá colocarse nunca en las piernas, bolsas de agua caliente, mantas o aparatos eléctricos de calor concentrado, para evitar quemaduras. Siendo recomendable en todo caso, calentar previamente la cama. Ni tampoco sentarse demasiado cerca de un fuego, radiador o brasero.

   El tratamiento conservador preventivo es el mejor. Por otra parte, el tratamiento será individualizado, según la patología del pie  que presente el anciano. Sabiendo que la corrección o la cura no es posible en muchos casos, el primer objetivo será obtener el confort, mediante la disminución del dolor, restaurando el máximo nivel de función o manteniendo el grado de actividad residual libre de dolor. Para ello el tratamiento, se basara en: fármacos, medidas rehabilitadoras como, la aplicación de microondas, corrientes galvánicas, hidroterapia, etc.,  medidas realizadas por su podólogo como plantillas, y cuidados podológicos, acude a tu podólogo.


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